La globalización se construye a partir de las consiguientes interacciones que se llevan a cabo en las distintas regiones del planeta; por ello, se puede decir que es directamente proporcional a la creciente demanda de intercambios, encuentros y contactos. Sin embargo, en otro sentido, este proceso se encuentra estrechamente relacionado con un fenómeno mucho más complejo: el imperialismo, sobre todo porque de una manera implícita e inconsciente se dicta una imposición, y por lo tanto, se llega a una subordinación por parte de los imperios capitalistas. Entonces, esto nos hace ver que la globalización no solo abarca los aspectos económicos, sino que también a la política e ideología, de tal manera que se influye en los modos de concebir e interpretar a la realidad. Esto quiere decir que vivimos en una sociedad estructurada a partir de “consumismo masivo”, o al menos ese es el pensamiento que se nos quiere imponer.
Lenin (1971) señala los rasgos esenciales del imperialismo:
- La concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo, que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica.
- La fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este capital financiero, de la oligarquía financiera.
- La exportación de capitales que adquiere una importancia particularmente grande.
- La formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo.
- La terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes
Desde esta perspectiva, se aborda a la esencia de la globalización como un despliegue espacial del capitalismo a través de las fronteras, principalmente a causa de que las actividades financieras se hayan concentradas en un grupo reducido de economías mucho más desarrolladas. De esa manera, aquellas economías “transnacionales” han transformado las estructuras políticas, económicas y sociales de los territorios más débiles, creando así un sistema basado en la “dominación”, en cuestión de que las desiciones más relevantes se llevan a cabo en las grandes naciones.
Claro está, las exigencias de la competencia han estimulado en años recientes una vasta y muy acometedora ráfaga de adquisiciones y toma de poder, que ha llevado a la centralización y concentración capitalistas a niveles sin precedentes, especialmente en las áreas más estrechamente vinculadas a las tecnologías “de punta” y al capital financiero.
Un claro ejemplo, serían las condiciones impuestas por los organismos financieros multilaterales de los Estados Unidos, mismos que han demostrado la capacidad para imponer sus propios criterios de política económica internacional, aun en contra de otros países desarrollados. Por otra parte, la difusión de los aspectos más visibles de la cultura estadounidense a través de los medios masivos, también ha jugado un papel muy importante en cuestiones de control, en particular los de difusión de imágenes como la televisión, y más recientemente, el internet. Asimismo, la influencia del sistema universitario estadounidense en las elites intelectuales es acompañado y consolidado por la promoción de los valores de su misma sociedad en sectores más amplios de la población (Ford, 1999).
¿Te has preguntado de donde provienen las cosas que compramos? ¿En dónde acaban cuando son desechadas? A continuación se presenta un video, que nos hará comprender más del sistema capitalista en Estados Unidos. La autora del video Annie Leonard explica como el sistema capitalista funciona y afecta a nuestro planeta y a los seres que habitan en él, y de cómo las personas despilfarran y dañan principalmente la ecología, llegando a agotar los recursos a un ritmo cada vez más rápido.
Conclusión
En conclusión se puede decir que la globalización moviliza tanto aspectos económicos, como políticos e ideológicos. Sin embargo, se tienen que tener en cuenta que se ha aferrado a un objetivo, el cual se basa en la optimización de la rentabilidad del capital. Esto a su vez, ha ocasionado que se transforme en una dinámica desigual entre los países y las regiones del mundo. Por ello, se hacen patentes las características del imperialismo: altos niveles de concentración del capital y el diseño de un sistema transnacional de dominación conducido por las economías más desarrolladas.
Gracias a su desarrollo tecnológico, su sistema académico, y la difusión de sus estilos y prácticas culturales, Estados Unidos es el ejemplo perfecto. Sobre todo porque fortaleció las dinámicas transnacionales de carácter capital para encubrir su naturaleza expansionista así como sus desastrosos efectos económicos, sociales, políticos, culturales y ecológicos.
Autores:
Luis Angel Cauich Matu
Samuel Cauich Burgos
Nancy Moo Kuk
Antonio Salazar Narvaez
Rosy Baeza Perulles
Fuentes bibliográficas
Ford, A. (1999). La marca de la bestia. Identificación, desigualdades e info-entretenimiento en la sociedad contemporánea. Buenos Aires: Norma.
Lenin (1971). El imperialismo, fase superior del capitalismo. Moscú: Editorial Progreso.
Aguilar, A. (2002). Globalización y capitalismo. México: Plaza & Janés.
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